Esta semana comienza a operar su nueva planta, donde se invirtieron 50 millones de dólares.
Tecnoglass espera que la nueva fábrica de vidrio revestido suave o soft coat, que comienza a producir esta semana, le abrirá mercados a los que no ha podido acceder, multiplicando sus ventas.
En el 2015 la empresa barranquillera alcanzaría a facturar más de 800 mil millones de pesos, y la meta es pasar de 1,1 billones de pesos en el 2016.
La planta tuvo una inversión de 50 millones de dólares y fue instalada en la ciudadela industrial que posee Tecnoglass en la circunvalar de La Arenosa. Esta ocupa un área de 2.000 metros cuadrados y permanece tan aséptica como un quirófano.
El centro de todo el proceso es una máquina conocida como Bonarden, en honor a su creador alemán. Por fuera se asemeja a un inmenso cajón metálico, de 220 metros de largo, lleno de botones y con 64 ventanas redondas por donde se alcanzan a ver los procesos químicos de alta tecnología que tienen lugar en el interior.
Dentro de la armazón existen unas condiciones de vacío y gravedad cero creadas por la emisión de gases, con el fin de que metales como la plata, el zinc y el titanio se puedan adherir al vidrio.
“Es algo similar a lo que usaron para separar los electrones del uranio en la bomba atómica, solo que aquí estamos es separando los electrones de la plata para ponerlos sobre el vidrio”, explica el vicepresidente comercio de Tecnoglass, Carlos Amín Daes.
Al comenzar su recorrido por acá, el vidrio es absolutamente normal, pero termina convertido en un material con el cual se hacen ventanales capaces de mantener la temperatura, dejando pasar la totalidad de la luz visible. Esto en buen romance significa que en climas calientes bloquea el sol, ahorrando aire acondicionado, y en lugares con temperatura baja no deja que salga el calor, de forma que hace menos onerosa la calefacción.
Todo el control de los procedimientos es absolutamente computarizado.
La temperatura en el compartimento donde está la máquina es de nevera, en contraste con el fuerte calor que se vive normalmente en La Arenosa.
Amín recuerda que hacia las décadas de 1960 y 1970 en Estados Unidos y otros países desarrollados el calor en los edificios se controlaba poniéndole al vidrio una capa reflectiva, y de ahí vienen esas inmensas moles en Nueva York y Chicago con aspecto de espejos gigantes. Pero la desventaja es que no dejan pasar la luz, por lo cual se requiere mucha iluminación artificial, con un consecuente gasto de energía mayor. En cambio el ‘soft coat’ es transparente y permite moderar la reflexión de la luz a distintos grados, desde los 10 hasta los 60, así como darle tonalidad azulosa, verdosa o bronceada a la superficie.
Seis físicos trabajaron en el desarrollo de la planta de Tecnoglass, un antecedente que muestra el elevado nivel del proyecto. De hecho, según Amín, en América solo hay dos fábricas de estas, en EE. UU. y Brasil. “como quien dice, estamos dando un paso más allá, porque ni México, ni Chile ni Argentina la tienen”, añade.
MERCADO ASEGURADO
Hoy día Tecnoglass requiere de un millón de metros cuadrados del vidrio de baja emisión –siendo aproximadamente una tercera parte del vidrio que vende, y ha sido adquirido con un proveedor estadounidense. La planta que se inaugura tiene capacidad para unos 8 millones de metros cuadrados, lo cual le da al grupo empresarial una posibilidad de crecimiento grande.
Según su presidente, Christian Daes, ahora se les abrirán nuevos mercados en Europa, Asia, EE. UU. y Canadá, donde es obligatorio construir con vidrio revestido suave, lo mismo que en México, donde ya se empieza a introducir esta legislación. Pero además, esperan que esto se extienda a Latinoamérica, pasando por Colombia.
“Por ejemplo, yo no podía vender vidrio en Texas ni Canadá, pero ahora tendré una ventaja porque mi competencia allá en el soft coat ni insula ni lamina, como sí lo hacemos nosotros. Con la nueva fábrica, te aseguro que ese mercado nos lo conquistamos y vamos a ser grandes en ese y otros lugares”, anota Christian Daes.
LA EMPRESA TAMBIÉN PRODUCIRÁ VIDRIO CURVO
El Presidente del conglomerado Tecnoglass, que está conformado por las firmas Tecnoglass (dedicada al vidrio), ESwindows (ventanas) y Alutions (perfilería de aluminio), Christian Daes, comenta que ya efectuaron contactos en Europa para vender el ‘soft coat’ e, incluso, les llegó una orden por tres millones de dólares de Canadá, lo cual no hubiera sido posible sin el montaje que hicieron en Barranquilla.
En Asia, Daes prevé que venderá vidrio en láminas para que otros lo procesen.
“No hemos salido a ofrecerlo todavía, a pesar de que tenemos las conexiones, porque no nos gusta ponernos a vender lo que no tenemos”, anota el empresario, quien asegura que su producto supera en calidad al que sacan en EE. UU.
Adicionalmente, la firma producirá vidrio curvo, que hoy hace artesanalmente y de menor calidad, un tipo bastante apetecido por los arquitectos y que es proveído por dos a tres fábricas en el mundo.
Tomado de: Portafolio